martes, 10 de septiembre de 2024

El legado de Rousseau y el de Marx en la época de celulares

 

        El legado de Rousseau es reconocido y apreciado, en general, porque se lo reconoce como uno de los fundadores de los sistemas de gobierno democráticos que fueron apareciendo desde la independencia de EEUU (1774) y del derrocamiento de la monarquía en Francia, con la Revolución de 1789. Hoy, se aplica, con limitaciones, en aproximadamente un tercio de los países del mundo.


         La noción de "soberanía popular" (que es el pueblo el soberano y no el Rey) lo que legitima la existencia de un Estado, surge del postulado de que todos los hombres son iguales. Esta segunda idea nos fue transmitida, desde la escuela, con un agregado: iguales en derechos. Esto último ya no es propiamente de Rousseau. Se aclarará después.



Las primeras repúblicas de esta era contemporánea



          Res pública (cosa pública) fue la expresión latina que utilizaron muchos países (sobre todo en América Latina) que se fueron separando de la monarquía española. Y (así tanto en EEUU como en la propia Francia) los gobiernos eran elegidos sólo por los hombres propietarios. Y esto duró mucho tiempo. En Francia, en 1848, hubo otra Revolución, y uno de los eslógans era "sufragio universal", pero quería decir que no fuera censitario. Procuraban que pudieran votar todos los hombres, pero a los dirigentes revolucionarios ni se les ocurría pensar que ese eslogan era falso. Nuestra Constitución (de 1830) también era censitaria y aunque se reformó en 1917, el voto femenino apareció recién en 1927 (siendo uno de los primeros países del mundo en incorporarlo).

      Resumiendo: Rousseau es uno de los fundadores de la democracia representativa. Muy probablemente no debe haber pensado en el voto de la mujer, pero sí aspiraba a una sociedad mucho más solidaria. Hay fragmentos de sus escritos que lo muestran como un pre socialista, esto es, que no pensó sólo en el poder político, sino que también en una igualdad socio-económica.



La revolución industrial



       La invención de la máquina a vapor, que se aplicó en diversas industrias y transportes terrestres y marítimos, produjo cambios radicales durante todo el siglo XIX, que se acentuaron aún más hasta hoy. Ferrocarriles, naves a vapor, cualquier tipo de industria pasaron a reclamar grandes capitales para adquirir esa nueva fuente de energía. Un pequeño industrial que dirigía el trabajo de un pequeño grupo de asalariados y debía competir en el mercado contra otros que también operaban sólo con el esfuerzo de la energía humana, comprendió que, asociándose con otro, o recurriendo a empréstitos, podía mecanizarse y pasar a un nivel competitivo superior. Es por esto que llamamos "capitalismo" al sistema económico que surgió a ambos lados del Atlántico Norte y se expandió luego por todo el mundo.



Aparece Marx



         La obra escrita de Marx se difunde en la segunda mitad del siglo XIX.


         Antes de su obra, hubo varios autores críticos frente a la nueva realidad social que se iba extendiendo: un ejército urbano de asalariados y una minoría de empresarios (de ahí "burguesía") que coexistía aún con jerarquías sociales anteriores, pero demostraba que el nuevo modelo de sociedad se seguiría expandiendo. Esos autores fueron posteriormente llamados "socialistas utópicos" por quienes aceptaron algunas de las ideas expuestas por Marx, a las que calificaban de "socialismo científico" ya que aportaba algunos conceptos nuevos, en las ciencias sociales, que permiten interpretar mejor distintas sociedades (incluso del pasado), al destacar la importancia de la base estructural de su sistema productivo, pasando a considerar, en algunos casos, como "superestructurales" la organización de sus sistemas de gobierno. Esta tesis teórica suele ser mencionada como "materialismo histórico".


         De todos modos, Marx y el maxismo, hoy, no tienen la aceptación que sí sigue teniendo Rousseau.



¿Por qué es más aceptado Rousseau?



         Primero: porque se difunden sólo sus ideas acerca del Estado (lo político), no a lo económico-social. Segundo: porque, (deliberada, o inconscientemente) se habla de democracia en lugar de decir democracia representativa (porque se eligen gobernantes cada 5 años) y se habla de derechos humanos (aludiendo a todos esos derechos) cuando hay gente desocupada, sin vivienda, o en condiciones miserables. Se sobrevalora lo político y se ignora o subvalora lo económico.



¿Por qué es menos aceptado Marx?



         La derecha utiliza dos conceptos de Marx (en forma tramposa) que parecen oponerse a Rousseau: "lucha de clases" y "dictadura del proletariado". La lucha de clases alude a la oposición de intereses, realidad inocultable en un sistema económico con propiedad privada de los medios de producción, idea que ya no discuten los economistas que defienden al capitalismo porque prefieren aceptar todos los remiendos que se fueron incorporando a algunas sociedades mediante jubilaciones, licencias pagas, seguros de desempleo, etc. Pero esa expresión "lucha de clases" es utilizada para sugerir "conflictividad estimulada" o "desconfianza en la armonía política que presupone la democracia política".  

        Respecto a "dictadura del proletariado" la crítica les fue formulada a Marx y a Engels en vida, quienes en forma categórica replicaron que aludían a un proceso de cambio de un sistema económico, no a pérdida de las garantías políticas que en su época estaban surgiendo.



¿Qué tienen que ver los celulares?



        El celular es el último aporte tecnológico que el capitalismo aportó a la comunicación social, y que contribuye también a la enajenación y a la reducción o pérdida de la capacidad de pensar. Ya puede escribir por orden verbal, de modo que en 15 años podemos prever nuevos problemas de alfabetización. Es, sin duda, un instrumento formidable, ya que uno sencillo cuesta menos de 100 dólares, precio que gratifica al capital invertido. Y que asegura a la vez plusvalía futura, pues amplía los soportes publicitarios. Además de aumentar el dominio ideológico, porque extiende y profundiza los efectos de los medios masivos. Un ciudadano común, medianamente ilustrado, recibe constantemente mensajes masivos de los grandes medios de comunicación, extremadamente concentrados y que sostienen todo el tiempo una ideología legitimadora del sistema económico competitivo. Al disponer de un celular, es frecuente que, sin mucha reflexión, contribuya a difundir esta ideología. O a despolitizar, compartiendo las banalidades que lo inundan.



           Los celulares, además de la dependencia que crean, suelen ser influyentes para que muchos usuarios sigan creyendo que el capitalismo es un hecho natural y no un producto histórico, tal vez superable. 

 

Roque Faraone