El legado de Rousseau es reconocido y apreciado, en general, porque se
lo reconoce como uno de los fundadores de los sistemas de gobierno democráticos
que fueron apareciendo desde la independencia de EEUU (1774) y del
derrocamiento de la monarquía en Francia, con la Revolución de 1789. Hoy, se
aplica, con limitaciones, en aproximadamente un tercio de los países del mundo.
La noción de
"soberanía popular" (que es el pueblo el soberano y no el Rey) lo que
legitima la existencia de un Estado, surge del postulado de que todos los
hombres son iguales. Esta segunda idea nos fue transmitida, desde la escuela,
con un agregado: iguales en derechos. Esto último ya no es propiamente de
Rousseau. Se aclarará después.
Las primeras repúblicas de esta era
contemporánea
Res pública
(cosa pública) fue la expresión latina que utilizaron muchos países (sobre todo
en América Latina) que se fueron separando de la monarquía española. Y (así
tanto en EEUU como en la propia Francia) los gobiernos eran elegidos sólo por los
hombres propietarios. Y esto duró mucho tiempo. En Francia, en 1848, hubo otra
Revolución, y uno de los eslógans era "sufragio universal", pero
quería decir que no fuera censitario. Procuraban que pudieran votar todos los
hombres, pero a los dirigentes revolucionarios ni se les ocurría pensar que ese
eslogan era falso. Nuestra Constitución (de 1830) también era censitaria y
aunque se reformó en 1917, el voto femenino apareció recién en 1927 (siendo uno
de los primeros países del mundo en incorporarlo).
Resumiendo: Rousseau es uno
de los fundadores de la democracia representativa. Muy probablemente no debe
haber pensado en el voto de la mujer, pero sí aspiraba a una sociedad mucho más
solidaria. Hay fragmentos de sus escritos que lo muestran como un pre
socialista, esto es, que no pensó sólo en el poder político, sino que también
en una igualdad socio-económica.
La revolución industrial
La invención de la máquina a vapor, que se aplicó en
diversas industrias y transportes terrestres y marítimos, produjo cambios
radicales durante todo el siglo XIX, que se acentuaron aún más hasta hoy.
Ferrocarriles, naves a vapor, cualquier tipo de industria pasaron a reclamar
grandes capitales para adquirir esa nueva fuente de energía. Un pequeño industrial
que dirigía el trabajo de un pequeño grupo de asalariados y debía competir en
el mercado contra otros que también operaban sólo con el esfuerzo de la energía
humana, comprendió que, asociándose con otro, o recurriendo a empréstitos,
podía mecanizarse y pasar a un nivel competitivo superior. Es por esto que
llamamos "capitalismo" al sistema económico que surgió a ambos lados
del Atlántico Norte y se expandió luego por todo el mundo.
Aparece Marx
La obra escrita de Marx se difunde en la
segunda mitad del siglo XIX.
Antes de su
obra, hubo varios autores críticos frente a la nueva realidad social que se iba
extendiendo: un ejército urbano de asalariados y una minoría de empresarios (de
ahí "burguesía") que coexistía aún con jerarquías sociales
anteriores, pero demostraba que el nuevo modelo de sociedad se seguiría
expandiendo. Esos autores fueron posteriormente llamados "socialistas
utópicos" por quienes aceptaron algunas de las ideas expuestas por Marx, a
las que calificaban de "socialismo científico" ya que aportaba
algunos conceptos nuevos, en las ciencias sociales, que permiten interpretar
mejor distintas sociedades (incluso del pasado), al destacar la importancia de
la base estructural de su sistema productivo, pasando a considerar, en algunos
casos, como "superestructurales" la organización de sus sistemas de
gobierno. Esta tesis teórica suele ser mencionada como "materialismo
histórico".
De todos
modos, Marx y el maxismo, hoy, no tienen la aceptación que sí sigue teniendo Rousseau.
¿Por qué es más aceptado Rousseau?
Primero: porque se difunden sólo sus ideas
acerca del Estado (lo político), no a lo económico-social. Segundo: porque,
(deliberada, o inconscientemente) se habla de democracia en lugar de decir
democracia representativa (porque se eligen gobernantes cada 5 años) y se habla
de derechos humanos (aludiendo a todos esos derechos) cuando hay gente
desocupada, sin vivienda, o en condiciones miserables. Se sobrevalora lo
político y se ignora o subvalora lo económico.
¿Por qué es menos aceptado Marx?
La derecha
utiliza dos conceptos de Marx (en forma tramposa) que parecen oponerse a
Rousseau: "lucha de clases" y "dictadura del proletariado".
La lucha de clases alude a la oposición de intereses, realidad inocultable en
un sistema económico con propiedad privada de los medios de producción, idea
que ya no discuten los economistas que defienden al capitalismo porque
prefieren aceptar todos los remiendos que se fueron incorporando a algunas
sociedades mediante jubilaciones, licencias pagas, seguros de desempleo, etc.
Pero esa expresión "lucha de clases" es utilizada para sugerir
"conflictividad estimulada" o "desconfianza en la armonía
política que presupone la democracia política".
Respecto a
"dictadura del proletariado" la crítica les fue formulada a Marx y a
Engels en vida, quienes en forma categórica replicaron que aludían a un proceso
de cambio de un sistema económico, no a pérdida de las garantías políticas que
en su época estaban surgiendo.
¿Qué tienen que ver los celulares?
El celular es el
último aporte tecnológico que el capitalismo aportó a la comunicación social, y
que contribuye también a la enajenación y a la reducción o pérdida de la
capacidad de pensar. Ya puede escribir por orden verbal, de modo que en 15 años
podemos prever nuevos problemas de alfabetización. Es, sin duda, un instrumento
formidable, ya que uno sencillo cuesta menos de 100 dólares, precio que
gratifica al capital invertido. Y que asegura a la vez plusvalía futura, pues
amplía los soportes publicitarios. Además de aumentar el dominio ideológico,
porque extiende y profundiza los efectos de los medios masivos. Un ciudadano
común, medianamente ilustrado, recibe constantemente mensajes masivos de los
grandes medios de comunicación, extremadamente concentrados y que sostienen
todo el tiempo una ideología legitimadora del sistema económico competitivo. Al
disponer de un celular, es frecuente que, sin mucha reflexión, contribuya a
difundir esta ideología. O a despolitizar, compartiendo las banalidades que lo
inundan.
Los
celulares, además de la dependencia que crean, suelen ser influyentes para que
muchos usuarios sigan creyendo que el capitalismo es un hecho natural y no un
producto histórico, tal vez superable.
Roque Faraone